Juan Bautista Bianqui (AGI, Contratación, 5703, No. 2)
Daniel Poleshchuk (Dani)
Datos básicos del difunto
Juan Bautista Bianqui era el cocinero de la fragata Nuestra Señora de las Nieves y San Francisco de Asis. Era natural de la Villa de Polcevera, Génova pero vivía en Cádiz. Falleció durante un viaje desde la isla de Madagascar al Cabo de Buena Esperanza en 1787. Era hijo de Antonio Bianqui y estaba casado con Francisca Parodi, la heredera de sus bienes.
Inventario de los bienes
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2 petates
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1 chaqueta de terciopelo algodón
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1 calzones de dicho negro
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1 casaca y calzón de tafetán de Bengala nuevos
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1 fraque y calzón de Indiana usados
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1 volante de seda listada
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1 chaqueta y calzón de Puerto Maon
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4 chaleques blancos
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2 pares de calzones blancos de lienzo algodón
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1 chaleque de bayetón encarnado
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1 fraque de matalanquin azul con sus calzones
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1 dicho de manto usado
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12 camisas blancas
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1 savana
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12 pares de medias, entre ellas unas de lana y otras de seda viejas y las otras de algodón
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1 retazo de Puerto Maon
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1 pieza de chita
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1 abanico de China
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25 pañuelos ordinarios de varios colores
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1 corte de manto azul con su forro
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1 ceñidor de saya saya encarnado
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16 madejitas de algodón
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1 cajoncito, y dentro de el un juego de hebillas de plata y un anillo de oro
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1 canuto, y dentro de el un alfiletero de Marfil
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1 par de anteojos
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1 espejo roto
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1 martillo con 4 barrenos
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4 caracoles
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1 tintero de metal
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1 cepillito
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1 concha
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36 platos chiquitos de losa de China ordinaria
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12 pocillos de ydem.
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6 tazas regulares
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1 plato grande
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1 azucarera con un poco de cha
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1 cajita de plomo con pelotillas de ydem
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1 cajeta con sus peines
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1 saquito con pimientas
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1 chaqueta vieja de matalanquin
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3 camisas azules
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6 pares de calzones largos viejos y ordinarios
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7 bolas abiertas y sin abrir de Cavalonga
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1 par de calzones viejos de terciopelo algodón
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1 par de medias de algodón
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1 chaleque viejo
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1 chaqueta azul vieja de paño ordinario
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96 cañas
Análisis de los bienes
Este inventario nos muestra el alcance de la globalización durante el siglo XVIII. Incluso la gente de la clase baja, como el cocinero de la fragata Nuestra Señora de las Nieves y San Francisco de Asis, Juan Bautistia Bianqui, poseía artículos que reflejan el éxito de la expansión al Nuevo Mundo y del comercio internacional.
Aunque muchas de las posesiones de Bianqui no son escritas muy claramente en el auto de bienes de difunto, de las legibles hay muchas que provienen de países fuera de España. En primer lugar, tiene sentido mirar los artículos que tenían que ver con su trabajo. 36 platos de China, 1 cajita con pelotitas de cha, 1 saquito con pimientas ¾ todos estos bienes indican que trabajaba tanto con plantas como con cubiertos extranjeros. Es muy llamativo que un barco viajando entre Madagascar y el Cabo de Buena Esperanza llevara un cocinero genovés y español que cocinaba usando productos de las Américas y Asia. Esto indica que ya en 1787 se podían encontrar elementos de cuatro continentes en un buque, la encarnación de globalización. Dado que el cocinero trabajaba con estos productos regularmente, se puede extrapolar que ellos ya habían entrado en la vida cotidiana de estos viajeros.
Asimismo, las cosas personales de Bianqui muestran la existencia de procesos asociados con la globalización. En particular, su ropa es de India (la casaca y calzón) y de las Américas (el fraque y el calzón), lo cual refleja que incluso un cocinero se vestía con ropas que se confeccionaban conectando materias primas de lugares tropicales con centros manufactureros en Europa. Además, algunos otros artículos personales como el abanico chino, el canuto de marfil y el anillo de oro americano nos enseñan que Bianqui podía adquirir los bienes de segunda y aun tercera necesidad de otros países.
Todo esto se facilitó a través de algunas rutas de comercio importantísimas. El movimiento de varias plantas y metales preciosos entre Europa y el Nuevo Mundo permitió la circulación de los bienes que poseía este cocinero (y de hecho la tripulación). La ropa y especias provenientes de China también tuvieron un gran impacto en la moda europea, tanto del vestir como gastronómicamente. En el siglo XVIII, en particular, muchos de los productos exóticos se hicieron accesibles para la clase media, fomentando la globalización del mundo como nunca antes. Bianqui es un ejemplo contundente de este fenómeno.